La Acampada Reivindicativa Lolo Dorta da un paso adelante y se convierte en una plataforma sociopolítica denominada Asamblea Reivindicativa Canaria, con capacidad para participar en el juego político.  ¿A qué responde este salto cualitativo? A continuación algunas razones.

1. Un paso que ya estaba en el camino

Es la evolución natural de una idea que ya habíamos compartido muchas veces con nuestro compañero y hermano Lolo Dorta: la necesidad de avanzar en el activismo -sin dejar de ser activistas- hacia una fórmula de organización sociopolítica que nos permita ayudar a la gente de forma más eficaz. Después de tantos años de lucha y de tanta experiencia acumulada, en momentos de desigualdad social y corrupción política como no se recuerdan, comprendimos que era el momento de ofrecer a la gente una estructura de lucha más organizada, donde sea más fácil integrarse y participar, convencidos de que muchas de las injusticias que denunciamos día a día no se resuelven solo con presencia en la calle, notas de prensa y la imagen visible de una o dos personas. En definitiva, entendimos que es necesario llamar a la participación, y es igualmente necesario tener presencia en los lugares donde se legisla y se escenifican las farsas.

2. Porque el pueblo está huérfano de representación real

Hoy en Canarias existe un abismo insalvable entre los movimientos sociales y los partidos políticos. Lo comprobamos nosotros mismos, y lo sufren también la mayoría de las luchas y reivindicaciones sociales más sangrantes: no encuentran apoyo o continuidad en los ámbitos políticos, ellos están a otras cosas. Las luchas del pueblo van por un lado; la política institucional va por otro. Hoy, los partidos se han convertido en estructuras cerradas, en sectas jerarquizadas donde se obedece más al escalafón interno que a la conciencia o a la voluntad ciudadanía, o, en el mejor de los casos, son grupos chachis donde todos están muy contentos de haberse conocido y con eso se conforman. En ARCAN entendemos que es urgente presentar a la gente una forma diferente de hacer política, con un modelo abierto, horizontal, sociocrático, donde la toma de decisiones sea compartida, donde cada voz valga lo mismo y donde la política vuelva a ser una herramienta de transformación y amparo, no de poder y manipulación. En definitiva, ARCAN intenta ser un puente que una los dos espacios, una herramienta que devuelva a la política su sentido original: servir al interés general y mejorar la vida de la gente.

3. Porque en Canarias hay un gran vacío político en un espacio fundamental

Si nos fijamos en el arco político actual canario y las corrientes dominantes, fácilmente comprobamos que lo que abundan son partidos centrados o conservadores como el PP, CC, NC o el PSOE, partidos caciquiles o insularistas igualmente conservadores como la Agrupación Socialista Gomera, los herreños y algunos por Lanzarote, o partidos y movimientos de ultraderecha aún más conservadores como Vox, Alvise o los Desokupas (damos a estas empresas el rango de partido con influencia porque la cultura social de criminalización de las personas que ocupan vivienda y el elevar a la categoría de héroes a estos paramilitares violentos son una tendencia social importante en Canarias). Luego están un segundo escalón de iniciativas políticas en declive o con mínima representación, entre las que incluímos a Podemos, Drago, Sí se Puede y algunas otras, que se caracterizan por su blandura, su acomodo al sistema, una resignación y  bajura de  miras desmoralizante o una dependencia vergonzosa de Madrid. En definitiva, por una renuncia clara a la lucha de clases, a ir contra el sistema, a bajar al barro de la calle con los problemas reales de la gente, y a gritar sin miedo que Canarias es una colonia y necesita de movimientos políticos que luchen decididamente por lograr mucho mayores cotas de soberanía y autogobierno. En ARCAN somos conscientes de esta realidad y queremos ofrecer una alternativa de trabajo que ocupe esos espacios que nadie quiere ocupar: el de la lucha por la justicia social y el que trata de liberar a Canarias de pleitesías, sumisiones, traiciones, dependencias o humillaciones colonialistas.

5. Porque ya éramos incómodos antes para la mayoría

En la Acampada Reivindicativa Lolo Dorta e incluso antes, con otros colectivos precedentes, siempre fuimos vistos como incómodos, o demasiado rebeldes, o demasiado críticos, nos penalizaba no estar adscritos a un partido o ideología concreta para hacerles la ola, y a la vez se nos tachaba de estar demasiado politizados. Esta realidad particular nuestra nos ha llevado a sufrir la censura generalizada de la mayoría de medios oficiales y muchos alternativos, y a recibir ataques o ser condenados al ostracismo por muchos colectivos sociales y partidos políticos, tanto desde la derecha como desde las izquierdas. Total, si ya tenemos la fama y también la penitencia -por defender con firmeza las luchas del pueblo-, mejor asumirla plenamente y convertirnos en una plataforma organizada con capacidad para ir hasta el final, desde la casa de la familia canaria más humilde, hasta el salón más noble de la política de este país.

6. Porque no dejaremos de ser lo que somos: activistas

Aunque demos este paso hacia la arena política, una cosa tenemos muy  clara, nunca dejaremos de ser activistas. No somos políticos, somos pueblo. Seguiremos en las calles, en los barrios, al lado de la gente que sufre, denunciando injusticias, tendiendo manos, activando campañas de solidaridad y defendiendo a quienes no tienen voz. Nuestra presencia en los “salones nobles” de la política, si algún día llega, no será para tomar asiento en ninguna poltrona, ni para formar parte de ningún gobierno. No nos vamos a adaptar nunca a ellos, vamos a abrir las ventanas para dejar entrar el aire del pueblo y que todo lo viciado salga. Cierto, igual llega un momento -ojalá-, en que de tanto sacar la basura se hace necesario que algunos entren a intentar hacerlo mejor,  pero eso es otra historia que queda aún muy lejos.

7. Porque Lolo Dorta merece justicia y memoria

Después de todos los argumentos y razones expuestas, aún nos mueve una razón más, de ámbito más personal, más cercano y sentimental, una especie de deuda que tenemos con nuestro hermano Lolo Dorta, El Luchador, ese héroe del pueblo, el fundador y líder de la Acampada Reivindicativa, siempre presente en todo lo que hacemos, que sin embargo aún no tiene su merecido reconocimiento público, en una plaza o una calle de su ciudad, Santa Cruz de Tenerife, porque no lo quiere así su alcalde Bermúdez (CC). No lo ha querido en el  Ayuntamiento, ni unos ni otros, pese a que le llevamos un millar de firmas ciudadanas y el apoyo de  muchos colectivos de toda Canarias. Pues habrá que entrar al Ayuntamiento, o al menos intentarlo, a ver si desde dentro nos hacen más caso. Por la memoria de Lolo Dorta, por su ejemplo, y porque por una vez la historia no la escriban siempre los poderosos.

Y bueno, ahora ya saben un poco más de nosotros.